Nací creyendo en la providencia, el problema es que es un sentimiento que uno no puedo expresar en la infancia o la adolescencia por lo general, pero cuando ya estás cerca de los 40, las experiencias te ayudan a asentar esa fe y a demostrar que existe.
De pronto recordé aquellos sorbetes de limón que tomaba en las bodas gallegas después de la comilona principal, antes de terminar. Para ir aposentando las bandejas de marisco. Así que pensé que podría versionarlos de esta manera.
¡Olé mi gazpacho exprés! No me canso de hacer gazpacho para llevar al trabajo en verano. De hecho este suele ser el formato de recipiente de cristal que uso. Como es una adaptación, sólo le añado un puñado de hoja. Le quité el pimiento rojo a la receta original. No lo sentía compatible con la hoja de col. Pero es una sensación. Vosotros adaptarlo a vuestro gusto.
Es muy veraniego. De hecho la papaya la empecé a introducir en mi dieta a través de los batidos, y resulta súper digestiva. El resto puedes añadirlo de una de esas bolsas típicas de ensalada rúcula+canónigo. Me encantan mezclar suavidad y fuerza en un mismo batido. La rúcula y la lima le da fuerza al canónigo y la papaya, pero no matan su sabor.
Este batido de intenso color rojizo tiene un potente sabor que engaña. Si sois muy "dulces" os recomiendo que le añadáis algún tipo de sirope como el de agave. A mi me encanta en primavera, y nos prepara, con su poder antioxidante, para el verano que se acerca.
