Magia y abundancia

Manzanas

A la mayoría de nosotros se nos abren los ojos como platos cuando nos hablan de abundancia porque inevitablemente lo relacionamos con lo económico cuando, en realidad, la abundancia en este área de nuestra vida es una consecuencia de un estado de ser abundante.

Sí, he dicho estado. No se tiene abundancia, sino que se es abundante.

Se nos ha educado para convertir a este término en una meta por la cual luchar o competir. De esta forma, no sólo pisas a tus rivales, sino de paso también, a una ley intrínseca de la abundancia: el servicio.

A causa de esto debo decir que:

Sólo el que da, puede recibir. Esta es la ley universal de causa-efecto. Normalmente, vivimos en conciencia de efecto, apostando así por las rachas de buena o mala suerte según nos convenga a nosotros. Olvidamos el origen de los efectos, de los cuales somos responsables todos.

Es duro escuchar esto. Hace que todos perdamos esa muleta de victimismo que llevamos a cuestas. Pero te vuelve dueño y señor de tu vida. En el saco de la abundancia, esta clase de sentimientos no tienen cabida. Así que:

Hagámonos responsables de todo en nuestra vida. La responsabilidad es una característica del que ama. Cuando amamos, tomamos decisiones más responsables y huimos de todo lo que huela a fácil.

Entendedme, no se trata de huir de lo fácil, se trata de darse cuanta de que a veces buscamos lo que nos resulta más cómodo para nosotros, y no lo que beneficia a la mayoría, porque implica más trabajo, o porque simplemente no amamos. Nuestra falta de responsabilidad suele tener una consecuencia fatal: hacer perder el tiempo a otros. O, lo que es lo mismo, robar tiempo que, a efectos de resultado, computa lo mismo que si le robaras la cartera a otra persona. Nadie que roba genera abundancia, es más, a la vida con nuestros actos le mandamos instrucciones, y en este caso serían las siguientes: -Mira vida, es así como se roba y así debes proceder conmigo.

Y con esto, paso a exponer otro factor que creo, es de máxima importancia:

El tiempo. ¿Quienes de vosotros priorizáis dinero a tiempo? Supongo que nos ha pasado a la mayoría. Pues se dice que el tiempo es oro, y yo creo que así es porque el dinero va y viene, pero el tiempo sólo se va; y todo el tiempo malgastado es sólo un motivo más para generarnos mala conciencia, es decir, sufrimiento.

Ir a la causa y no al efecto, significa trabajar aportando valor a nuestro tiempo, transportándolo a un lugar sagrado donde cada minuto es un regalo para dar de nosotros aquello que ama nuestra mente y perseguir el camino que traza nuestro corazón, devolviendo así la coherencia a nuestra vida.

Seamos coherentes. Fieles a nuestro propósito, manteniéndonos alineados con él. ¿Nunca os han dicho que no obtenéis resultados porque no estáis enfocados? A mí sí. Y no lo entendía. O no lo integraba, más bien.

Siendo observadores de la vida, de los demás, de nosotros mismos, ¿qué incoherencias encontramos? ¿Predicamos con el ejemplo?, es decir, ¿hacemos lo que contamos? ¿Pensamos lo que sentimos? ¿Decimos lo que pensamos?... Y así mil y una combinaciones.

Convirtámonos en nuestros policías, y más tarde o más temprano, lo haremos de forma natural: pensaremos-sentiremos-haremos-diremos en la misma línea. Le habremos cogido "los cuernos al toro" de la personalidad, y manifestaremos un estado de ser más completo.

Irradiaremos, y el que irradia es el que pasa de inspirar (o "robar oxígeno" a los que le rodean) a espirar o "exhalar vida".

Seremos generosos porque no nos quedará más remedio, será inevitable: nos habremos convertido en abundantes.

¿Existe algo más ilógico que trabajar en algo que no amamos o cuyos valores no compartimos y esperar de ello que nos vuelva millonarios? Aquello que nos generará abundancia inevitablemente es aquello que amamos, y cuya no realización nos causaría sufrimiento. Amarlo significa dotar de gran valor a nuestro trabajo y, cuando esto es una realidad, en tu cometido de ofertarlo al mundo estás regalando y agregando valor al mundo. ¿Puede que sea nuestro hobby? Lo que sea, vamos a monetizarlo. Medios hay, y más hoy en día. Trabajad en aquello que no dejaríais de hacer aunque os llegara la supuesta edad de jubilación.

Si os soy sincera, jamás pagaría ni cobraría por participar en una meditacíón grupal. Mi conciencia no me lo permitiría. Pero eso es perfecto, porque si ya hemos monetizado aquello que nos apasiona, aquello que hemos venido a dar, es importante no olvidar que siempre debe haber un regalo. Algo por lo que no cobraríamos.
Estos dos mil últimos años se han enemistado en nuesta mente la espiritualidad y el dinero. ¿Por qué dejo de ganar dinero si soy espiritual?

(Paréntesis para definir qué es espiritual para mí: Es vivir una correcta alineación. Es decir, correcta relación con mi entorno y mi comentido interno, o propósito. O más fácil, ser fiel a mí misma).

Tened en cuenta que monetizar lo que soys os va a traer libertad.

La libertad es otra de esas grandes y liberadoras consecuencias de vivir de lo que amamos. Libertad no es decir lo que se nos antoje cuando se nos antoje, o hacer lo que nos dé la gana, porque la libertad conlleva responsabilidad. Sólo es libre aquel que manifiesta su Alma en vida. Y hay que ponerlo en práctica.

No marquemos una diferencia entre lo que nos da dinero y lo que nos gusta hacer. Si ganamos más dinero con lo que amamos, estamos aportando a nuestra vida más tiempo, es decir, más libertad para desarrollar nuestro camino. ¿No es lo que queríamos? ¿Más tiempo? Porque es de lo que siempre nos quejamos todos. De que no somos fieles a nuestra Alma porque no tenemos tiempo.

Si sabemos establecer un orden en nuestras prioridades de vida, y no sólo eso, si no que también cumplimos con ello, entonces se sucede la magia Hemos abierto el portal de la abundancia, donde la energía que nos llega no termina donde nosotros empezamos.

Es bastante inevitable que esta energía tenga forma de dinero, pero la abundancia en sí, es un cúmulo de buenas cualidades pensadas y consagradas al servicio, es decir, a embellecer el mundo con la plasmación de esos maravillosos arquetipos celestes, porque al que da, más le llega para seguir dando.

Hay otra cosa que aparece de forma inevitable, y espero que sea de vuestro agrado escucharlo: más trabajo. Ya hemos demostrado responsabilidad, así que nuestras son las herramientas y las oportunidades que nos ayudarán a magnificar nuestra tarea. A mí personalmente me llena de alegría la magia de las oportunidades.

Existe una cualidad que creo que es importante mantener en un lugar elevado en nuestra escala de valores: La valentía. Es como un escudo invisible que nos ayudará a elevarnos en momentos de flaqueza. Esos momentos aparecerán para boicotearnos y debe existir un grado suficiente de confianza interna para no divagar en el camino y dejar que cualquier pequeña ola nos desvíe de nuestro cometido. Si un día creíste en ti, haz que esa idea se sobreponga cada vez que sientas desesperanza; haz que se dibuje delante de cualquier pensamiento negativo. Así que no olvides nunca la:

  • Valentía ante el qué dirán.
  • Valentía ante la aparición de miedos.
  • Valentía ante la desconfianza.
  • Valentía ante lo desconocido.

¿Cómo daros a entender que a veces no somos nosotros los que actuamos, sino nuestros miedos a través nuestro? ¿Bastaría ésto para darme a entender? Ojalá.

Nuestro camino no está andado porque es nuestro. Si esta cualidad de valentía no la ponemos en marcha, si no somos capaces de reírnos de nosotros mismos, si no aceptamos los errores...¿Cómo crecer en abundancia viviendo en escasez? Además, no hace falta que os lo cuente. Si estamos en lo que amamos, en aquello que representamos, parte de nuestros miedos se desvanecen.

Si aún así, en vez de establecer amistad con el dinero, establecemos una relación de miedo o preocupación hacia él (cosa que por cierto hará que salga huyendo de nosotros), tira de la alegría siempre: Sonríele a la deuda. Paga con amor. Y continúa fiel a tu propósito. Echa a lo inútil o innecesario de tu vida, y regodeate en el placer de trabajar en lo que tú eres. La abundancia ya habrá empezado entonces a actuar a través de ti.

Puede que en primera instancia no seamos capaces de ver la situación que nos rodea con buenos ojos. Estamos viviendo el recogimiento de los átomos de la Era de Piscis, mientras nos llenamos de nuevas energías que nos preparan para esta entrada de Acuario. Esto es sinónimo de nuevos paradigmas de existencia en todos los ámbitos de nuestra vida, y debemos ser capaces de adaptarnos a estos cambios y ser capaces de ver en ello nuevas oportunidades para esta adaptación. Al igual que debemos, incluso, adaptar nuestro vocabulario para facilitar la entrada al cambio en nuestras vidas.

Dejemos marchar a esas antiguas formas de vida, de la misma manera que dejamos marchar a los seres queridos que formaron parte de nuestra vida en este plano de manifestación. Demos las gracias a esta época que nos abandona por todo lo que nos ha enseñado y lo que nos ha aportado, y la confianza plena de este acto en sí nos ayudará a introducirnos en este nuevo mundo que arde por manifestarse.

 

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