Existe un elemento algo menos famoso que las proteínas y que el hierro, pero de vital importancia para nuestro cuerpo: la clorofila.

Ese gran ignorado está siendo cada vez más reivindicado, y eso se debe a que su estructrura molecular es parecida a la de la hemoglobina de la sangre. En la sangre hay un átomo de hierro y en la clorofila, uno de magnesio. Esa sería la diferencia básica.

La clorofila desintoxica y fortalece nuestro sistema inmunológico. Pero es muy importante porque ayuda a la producción de glóbulos rojos y a la oxigenación de la sangre.

La oxigenación de la sangre: ese otro gran ignorado. ¿Sabíais que la falta de oxigenación es una de las principales causas del cáncer? Ahora mismo los niveles de oxígeno en el aire son muy reducidos, aumentando los casos de dicha enfermedad. Ya hace tiempo que algunos enfermos de otros países (en el mío, lo ignoro) compran pequeñas bombonas de oxígeno, de estas que se fabrican para deportistas, porque es algo que debe tomarse con suma precaución.

Las hojas verdes con más clorofila son las acelgas seguidas de las espinacas, pero las algas tampoco se quedan atrás, como la chlorella.

De todas formas, como dije en su momento, es importante ir variando de hoja verde por los alérgenos que contienen, que se tratarían de los sistemas de defensa de los cuales se proveen las plantas para no quedarse deshojadas de una sola sentada. El animal, con ese instinto tan característico suyo, lo sabe, y siempre cambia de planta a la hora de alimentarse de sus hojas.

Aprovecho una antigua foto de Instagram para decorar este artículo. Se trata de un espeso, jugoso y "clorofílico" batido de perejil, espinaca y plátano. Se me hace la boca agua... Algo que me resulta gracioso de la autora del libro La Revolución Verde, es como explica una anécdota en un prado lleno de Dientes de León. Dijo que empezó a salivar. Pero me di cuenta con el tiempo, tras consumir de forma diaria batidos verdes, que yo también comenzaba a hacerlo. Me quedé muy sorprendida de ello.