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Luna llena de Geminis, Festival del Cristo

Luna llena de Geminis

Cuando el personaje de la mitología, Hércules, consigue pasar la tercera prueba, aquella que corresponde a Géminis, aparece una hermosa doncella que, poniéndole una manzana en su mano, le dice: "el Camino hacia nosotros está siempre marcado por el servicio. Actos de amor son hitos en el Camino".

Estas bellas palabras se las dice después de que Hércules, olvidándose de la búsqueda del árbol de las manzanas de oro de las Hespérides y los peligros que conlleva, ayuda a Atlas. Esta parte de los trabajos del personaje es la que siempre más me ha gustado, aunque no sé por qué, simplemente me llena de ternura. Atlas es el gigante que carga con el peso de los mundos en su espalda, y Hércules, ante tal sufrimiento, olvida su búsqueda y toma esa carga con él. Pero entonces, la carga rueda liberando a ambos.

Ese amor fue el que le hizo ganarse las manzanas de oro, y así fue como Hércules pasó esta prueba.

Creo que amo esta historia por su asociación con el Cristo, quien decidió acarrear con el dolor del mundo.Y es por eso que este signo está relacionado con él y con el trabajo del Servidor del mundo.

El Servidor en realidad, en esta meditación de luna llena, realiza lo mismo que en todas sus meditaciones abocadas al servicio: aliviar el peso del Cristo. Tomar todas esas energías emanantes del corazón de la Jerarquía, donde Cristo es el regente, y servir de canal para que puedan afluir al planeta, limpiando así los éteres de todos los planos y de esta manera aliviar el dolor creando más claridad interna, para poder reconocernos como lo que realmente somos, chispas del corazón solar, del Amor, de la energía creadora.

Este es el último de los Festivales Mayores, los anteriores fueron Aries y Tauro, y en ambos respectivamente, aprendemos a controlar el vehículo mental y el mundo del deseo. Ellos nos hablan, de forma paralela a esto, de como a través de la mente hemos conseguido controlar al deseo y transformarlo en anhelo espiritual; así que estamos preparados para unirnos al Alma. Es entonces cuando la famosa dualidad de Géminis entra en juego: Alma y Personalidad, que no son más que las dos trabajando en auténtica armonía.

En Géminis, el único motivo por el cual se hace incapié en los pares de opuestos es para poder luego tener en cuenta la fusión de ambos. Entonces el ser humano se echa a andar, pone a su corazón en acción con más sabiduría o comprensión, porque ambas energías caminan al unísono.

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